La Ermita de Sanz de Benidorm vivió durante el fin de semana una de sus más tradicionales fiestas, las del Roser, protagonizadas por solteros y solteras de la huerta de la localidad.
Unas festividades que se concretaron con la solemne romería que, partiendo del Trinquet "Alcalde Vicente Pérez Devesa", finalizó en la Ermita de Sanz con una ofrenda de flores a la Virgen del Rosario. En ella participaron la asociación Cabalgata de Reyes de la Ermita, la de San Isidro, y otras entidades festeras del municipio, como fueron la Asociación de Peñas y las Fiestas Mayores Patronales, representadas por sus reinas y cortes de honor y su presidente; así como la Corporación municipal.
Tras la ofrenda tuvo lugar un nostálgico pregón de Marisa Ripoll, quien en su día no pudo ser mayorala, por reservarse, en el origen, el cargo a hombres. Ripoll rememoró cómo vivió y disfrutó la huerta la generación del 60, y cómo espera que las fiestas sirvan para que las generaciones venideras no olviden sus orígenes. Tras el pregón, en el que no faltó la devoción a la Mare de Deu del Roser, las mayoralas Ana María y Marta, presentadoras del acto, entregaron regalos a las jovencísimas mayoralas de honor y corbatines para los estandartes de las comisiones. Cerró el acto el alcalde, Agustín Navarro, después del emocionado discurso dado por la presidenta, Alba Contreras, quien agradeció de forma muy especial la ayuda recibida del anterior concejal de Fiestas, Manolo Agüera.
La misa del domingo, junto a las verbenas, juegos y competiciones, volvieron a convertir a la ermita de Sanz en uno de los lugares festivos más emblemáticos de Benidorm.
Fuente: Diario Información / Grupo Prensa y Noticias / Ona Sol Hotels